NORRA, más que una carrera, un viaje de descubrimiento de BCS
Reportan organizadores que evento de este año generó una derrama de más de 55 millones de pesos
La carrera de Off-Road NORRA, una emblemática travesía que desafía los límites del terreno en la península de Baja California, culminó su última etapa con un impacto económico trascendental para la región.
Con 271 equipos, mayormente procedentes de Estados Unidos, este evento ha forjado una conexión única entre la pasión por el deporte motor y el floreciente sector turístico de la zona.
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Así fue la carrera NORRA
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La odisea comenzó el 26 de abril en Ensenada, con rumbo hacia La Paz y terminó en el pintoresco municipio de Los Cabos. Desde entonces, una caravana bulliciosa de más de cuatro mil entusiastas ha surcado el territorio, sumergiéndose en la riqueza cultural y paisajística que caracteriza a Baja California Sur.
Cada etapa de la carrera fue un motivo para la celebración. Los participantes y espectadores se deleitaron con la hospitalidad local. Cada estadía fue en promedio de seis noches, en las que se ocuparon alrededor de mil 300 cuartos por noche. Un flujo turístico que inyectó vitalidad a la economía regional.
La NORRA, con su legado arraigado en la península, se ha convertido en un pilar fundamental para el turismo deportivo. Este es un segmento en constante crecimiento que no solo enriquece al sector hotelero y de servicios, sino que también revitaliza a los pequeños comercios locales.
La sinergia entre la pasión por las competencias de motor y la belleza natural de Baja California Sur ha encendido el espíritu aventurero de quienes participan en este evento, así como el interés de aquellos que lo siguen desde la distancia.
El impacto económico de la carrera
No se puede subestimar el impacto económico de la NORRA. La carrera superó los 55 millones de pesos, una cifra que resuena como un eco de oportunidades para la comunidad local.
Cada dólar gastado en alojamiento, alimentos, transporte y actividades recreativas reverbera a lo largo y ancho de la región. Con ello se fortalece la infraestructura turística y generando empleo para sus habitantes.
Pero el verdadero valor de la NORRA va más allá de las cifras. Radica en la experiencia compartida, en los recuerdos creados y en los lazos tejidos entre personas de diversas procedencias y culturas, unidas por su amor por la aventura y la competición.
Es un escaparate para las maravillas naturales y la hospitalidad del estado, una oportunidad para que el mundo descubra los tesoros escondidos de Baja California Sur.
El formato del evento, diseñado para maximizar la inmersión en el entorno local. Ofrece a competidores y espectadores la posibilidad de explorar los encantos del estado, desde sus playas de aguas cristalinas hasta sus pintorescos pueblos costeros, incentivando así su regreso y atrayendo a viajeros de todos los rincones del planeta. La difusión mediática del evento amplifica su impacto, proyectando la belleza y la emoción de la carrera a una audiencia global ávida de nuevas experiencias.
En última instancia, la NORRA no es solo una carrera; es un catalizador de cambio, un motor que impulsa el desarrollo económico y cultural de Baja California Sur.